miércoles, 16 de julio de 2014

Vacaciones de Invierno


En este mundo de prisas, de apuros por ganar el dinero para vivir, los padres muchas veces olvidamos lo más valioso que podemos otorgar a nuestros hijos, hablo de "Tiempo para convivir con ellos". Brindarles un abrazo cariñoso, tan solo restará cuatro o cinco segundos de las 24 horas del día. ¿Es mucho pedir?, ¿verdad que no?.
El niño necesita sentirse amado y cerca de sus seres queridos, sentir que no sólo lo quieren por sus logros
o porque se porta bien y obtiene buenas calificaciones, sino tan solo por ser parte esencial e importante
de la familia.
Llegan las vacaciones de invierno y estaría bueno no programar el escape de nuestra rutina, sino preguntarles
a ellos: ¿Qué es lo que quieren hacer?, ¿cómo quieren pasar el tiempo? Seguramente no demande ni más dinero, ni más juguetes, sencillamente bastará con parte de nuestro tiempo, sin horarios que cumplir.
Alternativas hay muchas, una tarde de tele tirados entre esos almohadones que generalmente permanecen acomodados, o por qué no, invitarlos a la preparación de un almuerzo o de una cena, podemos incluso dejarlos estar cerca nuestro en las tareas cotidianas, pero haciéndolos partícipes, demostrarle que ellos pueden ayudarnos.
Cuando no existe la rutina se puede notar la alegría de ellos al no tener que esperar un fin de semana para sacar
la bici, ir al parque, pisar hojas secas, saltar charcos de agua, disfrutar del sol, visitar lugares que hasta entonces eran desconocidos. Contarles que hacíamos nosotros de niños y si es posible volver a realizar eso mismo que tanto nos gustaba, pero esta vez junto a ellos.
Otra opción, es compartir álbumes fotográficos narrando cada uno de esos momentos tomados con alguna que otra anécdota. Programar una pijamada para dos o tres amigos, propiciando a que sean ellos quienes los llamen, elegir una película para ver antes de dormir y prepararles un rico desayuno al otro día.
Poder escoger un tesoro y esconderlo, escribir pistas en papelitos y ocultarlos en distintos lugares de la casa,
así cada indicio indicará el siguiente para llegar al tesoro y al fin, obtener el ganador.
Muchas son las cosas que se pueden hacer y no necesariamente debemos irnos lejos, es cuestión de actitud,
de creer que es de suma importancia esa conexión entre padres e hijos en un ámbito más íntimo. Ellos sabrán comprender que en el resto del año no podemos compartir más tiempo a su lado, porque cada uno debe cumplir con sus obligaciones.
En un futuro, el niño recordará siempre la presencia de sus padres.


Andrea Bartolacci
Técnica en Minoridad y Familia

Revista Sólo Chicos. Guía para Padres.
Año 9- Número 43
www.revistasolochicos.com.ar 

martes, 15 de julio de 2014


¡Cronopios, a leer!

En el año de homenaje al escritor Julio Cortázar que los inmortalizó, la Feria del Libro Infantil y Juvenil invita a Cronopios, Famas y Esperanzas a descubrir ese infinito territorio de libros, poblado de escritores, ilustradores y especialistas, para disfrutar de espectáculos, talleres, coros, charlas y exposiciones, con alegría de mariposas en el camino.
Dicen que los Cronopios son seres desordenados y tibios que dejan a sus recuerdos como canarios sueltos por toda la casa y cuando les pasan zumbando les gritan: ¡Cuidado con los escalones!
Según su descubridor, los Cronopios se le aparecieron por primera vez en un concierto de Igor Stranvinsky en 1952, acompañados de sus parientes los Famas, y de los Esperanzas. Convencido de que el lenguaje es juego, Cortázar escribió un libro sobre ellos. Al verse retratados en sus historias, todos los Cronopios, Famas y Esperanzas organizaron una gran pedaleada lectora bajo el lema “pod mojim pogledom kada učinim sledeći”que traducido invita a decir: ¡Cronopios, a leer!